Una entrenadora de básquet se dio por despedida y obtuvo 1.500.000 de pesos de "indemnización". Cerca de 1000 vecinos que diariamente concurren al Club Social y Deportivo 17 de Agosto, en Villa Pueyrredón, podrían quedarse sin lugar donde realizar deportes.
Si cada barrio tiene un "alma", el Club
Social y Deportivo 17 de Agosto es una parte fundamental de la de Villa
Pueyrredón, en el noroeste porteño: diariamente cerca de 1000 personas pasan
por allí para utilizar sus canchas de básquet, de futsal, de césped natural,
sintético y de cemento, su pileta y su gimnasio, donde se practica gimnasia
deportiva y taekwondo.
Sucede que, además de sus 2500 socios, "El 17
de Agosto" presta o alquila –a bajo costo- sus instalaciones para que los
colegios de la zona realicen allí actividades deportivas, además de mantener un
convenio con el PAMI para que ancianos de la zona utilicen la pileta o jueguen
allí a las bochas.
El ambiente que hoy se respira en "El 17 de
Agosto" es de tensión: como si no tuvieran ya mucho con el ajuste
tarifario –que los obliga a pagar mensualmente unos $150.000 en servicios, como
si fueran una gran empresa-, una sentencia judicial los dejó al borde de la
desaparición.
En 2011, el club decidió pedirle a Graciela Villar,
hasta entonces entrenadora de la Primera división de Básquet, que se dedicara a
formar las divisiones inferiores, donde el desempeño del club
"flojeaba". La entrenadora –que había ingresado al club en 2007-
rechazó la propuesta y se dio por despedida, iniciando un juicio en el que la
Justicia laboral condenó al club a afrontar un pago de $1.300.000 más $250.000
de costas legales. La paradoja es que Villar dejó el "17 de Agosto"
para ir a otro club... a entrenar inferiores.
"La Justicia nos condena como si un club de
barrio fuese una multinacional. Como si esa entrenadora fuese un empleado fiel
al que estafaron. Ahora mi club pende de un hilo. Y con él los cientos de
chicos y chicas que practican algún deporte. Los que no están en la calle. Los
que no deambulan. Sino que hacen vida sana. Porque un club de barrio es eso. El
club sana. Cuida. Educa. Defiende valores", afirmó Andrés Sanguinetti,
prosecretario del club y periodista de El Cronista Comercial.
Si bien el club llegó a un acuerdo de pago en la
Justicia, el acuerdo solo estira plazos por un año y medio. "Honestamente,
estamos con una gran espada de Damocles porque tenemos que generar el dinero
para poder hacer frente al pago y que no nos remate el club", explicó
Sanguinetti, quien recordó que durante la década del 90, "El 17 de
Agosto" debió reducir sus instalaciones por juicios similares por parte de
ex entrenadores: primero, tuvo que vender un terreno para pagar la
indemnización de US$ 350.000 y luego cedió otro terreno donde había una cancha
de tenis por otra indemnización.
Con una recaudación mensual cercana a los $600.000, entre las cuotas de los socios, los convenios con el PAMI y los alquileres, los gastos prácticamente ascienden al mismo monto, entre servicios, mantenimiento y sueldos. Sin ayuda de la Ciudad ni de la Nación, sólo un milagro podría salvar al "17 de Agosto" de la quiebra.
Fuente: http://www.infobae.com/2016/05/13/1811223-un-club-barrio-al-borde-del-cierre-un-juicio-laboral-millonario