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DESTROZÓ UN LOCAL Y FINGIÓ UN DESMAYO PARA NO SER GOLPEADO

DESTROZÓ UN LOCAL Y FINGIÓ UN DESMAYO PARA NO SER GOLPEADO

En un descuido, se les escapó a los vecinos Los dueños del negocio, casa de repuestos y pinturería, ya perdieron la cuenta de los robos que sufrieron. Su único consuelo es que, al menos, nunca los agredieron físicamente.

Un joven de 21 años descargó toda su furia ayer a la madrugada contra el frente de un local ubicado en la primera cuadra de la avenida Avellaneda. Una vez adentro, hizo innumerables destrozos hasta que tomó la caja registradora e intentó huir con ella. Sin embargo, el ruido que había hecho alertó a vecinos y vendedores de la zona, que lo atraparon en la puerta. El ladrón, para evitar que lo golpearan, hizo gala de sus dotes actorales y fingió un desmayo. En un descuido de las personas que lo tenían aprehendido, dio un salto, volvió a tomar la caja y salió corriendo. Cuando los demás quisieron reaccionar, ya era imposible alcanzarlo. Todo esto ocurrió a cuatro cuadras de la Plaza Independencia y a cinco de la Casa de Gobierno.

 

“Habrá sido a las 3 de la mañana el robo, porque a mí me vinieron a avisar media hora más tarde. Supe que al delincuente lo habían agarrado los vendedores de la zona, acá nos conocemos todos y nos ayudamos. También me contaron que se hizo el desmayado para escaparse de ellos. Pero acá, lo más importante sin dudas es que no nos pasó nada a nosotros, que fue de madrugada y no cuando estábamos atendiendo”, dijo a LA GACETA Francisco Castro, padre del dueño de la pinturería y casa de repuestos que funciona en la zona de El Bajo.

 

Atrapado

 

Fuentes policiales confirmaron que algunos minutos después el joven fue atrapado. Sólo se dijo de él que tiene 21 años y que quedó aprehendido. Por otro lado, lograron recuperar la caja registradora.

 

“No tenía mucha plata. Lo que más nos preocupaba era la memoria fiscal. Por suerte la recuperamos. De todos modos, para mí no fue uno sólo. Tuvieron que ser al menos dos o tres. A la reja la doblaron como chicle. Tuvimos que contratar herreros para cubrir el frente”, analizó Castro.

 

Según las víctimas, ya perdieron la cuenta de todas las veces que les robaron en el local -calculan que no fueron menos de 10- pero al menos tienen una especie de consuelo: los robos siempre fueron de noche, cuando no había nadie atendiendo.

 

Ellos, sin embargo, exigen mejoras en la seguridad del lugar. Curiosamente el pedido no es hacia la Policía, sino hacia el municipio.

 

“Tenemos árboles que tapan las cámaras de seguridad en toda la avenida, hasta la Sarmiento. Lo peor es que también tapan la poca luz que hay. Esas luminarias deberían ser cambiadas y limpiadas. Sabemos del tema porque nosotros vendemos en el negocio aparatos de iluminación. Esto así, como está ahora es una boca de león”, argumentó.



Fuente: http://m.lagaceta.com.ar/nota/684507/policiales/destrozo-local-fingio-desmayo-para-no-ser-golpeado.html