Algunos duermen en la vereda de un hospital, como Juan Carlos Medina. Otros en el zaguán de una casa abandonada. Todos son invitados por trabajadores municipales a dormir en el albergue del parque 9 de Julio. “No nos sirve levantar de la calle a la misma persona. Queremos reinsertarlos”, asegura la directora de Familia Municipal. Para ello, impulsan leyes para crear un Centro Interdisciplinario.
“Hoy cumplí 25 años”, cuenta Ángel Eduardo
Ledesma, mientras hace un casi imperceptible brindis con su padre, Miguel
Ángel. Pero no en copas de vidrio y con vino, sino en vasos de telgopor con
café caliente. Afuera unos 6° estremecen los cuerpos, pero ellos están bajo
techo; y cuando se miran, surgen dos sonrisas. Ese pequeño acto sorprende si se
tiene en la cabeza todo lo que implica un cumpleaños, porque a su alrededor no
hay canciones, ni globos, ni torta. Pero sumergiéndose en la historia de este
padre e hijo y observando su alrededor quizás se pueda llegar a entender un
poco más: desde hace seis días duermen -¿o viven?- en el albergue municipal,
que se encuentra en las tribunas del autódromo del parque 9 de Julio. No tienen
otro lugar, tampoco trabajo, ni familiares a quienes recurrir.
Junto a Ángel Eduardo y Miguel Ángel hay un
puñado de hombres de rostros serios que colocan frazadas sobre sus sábanas
limpias. Todos llegaron al albergue luego de una invitación realizada por
trabajadores de la Dirección de Familia Municipal. Desde principio de año, de
lunes a lunes y por las noches, recorren las calles de San Miguel de Tucumán en
una combi y con una charla animan a los que viven a la intemperie a pasar la
noche bajo techo, comer algo y desayunar al amanecer.
“Prefiero
la calle”
Desde hace dos semanas, la almohada de Juan
Carlos Medina es un bloque de hormigón. El cuidacoche de 65 años elige la
incomodidad que le ofrece la vereda del Centro de Salud antes que la inseguridad
que ha sufrido en su hogar ubicado en Lastenia, según confiesa a las
trabajadoras sociales que le ofrecen ir al albergue. “Los hijos de mi esposa
son adictos -añadió- y me han robado todo. Estoy cansado y prefiero la calle”.
Pero después se deja ayudar y se sube a la combi rumbo al albergue del parque.
Allí, en la puerta, lo esperan Helena Arias y Manuel Francisco Montoya, los
encargados del lugar donde dormirá.
El operativo de los empleados municipales
comienza con llamadas que se reciben a cualquier hora al número 103 de Defensa
Civil Municipal. Lo que se informa allí llega a manos de las autoridades de esa
dirección. Luego se va en busca de aquellos que han sido advertidos por vecinos
o por algún conductor atento. Los fines de semana o los días fríos el teléfono
suena de manera más frecuente, y todas las camas del albergue se ocupan.
“Devolvemos los llamados para que nos den más detalles sobre lo que vieron,
porque muchas veces no los encontramos. También es una manera para que el
vecino sepa que fuimos en busca de esa persona en situación de calle”, cuenta
Sandra Miranda, a cargo de la Dirección de Familia del municipio capitalino.
Claudia Braccia, subdirectora de Desarrollo
Social del municipio, confiesa que con Miranda han puesto el albergue en
condiciones, pero que aún necesita muchos arreglos. “Vamos armándolo a
cuentagotas y ahora tenemos unas 29 camas habilitadas en dos habitaciones (una
para hombres y otra para mujeres). De a poco vamos haciendo camas, porque en
nuestra dirección tenemos un área de carpintería que también fue habilitada
hace poco. Además, hay un ropero comunitario, con ropa donada; y un lugar donde
les damos el desayuno”, cuenta Braccia.
Los
números
Durante un mes, desde esa dirección realizaron
un relevamiento de personas en situación de calle en toda la ciudad. De ese
trabajo surgió que 90 divagan por San Miguel de Tucumán sin hogar, que el 80%
son hombres y que el 80 % sí tiene familia, pero no puede o quiere recurrir a
ella (leer la nota “Unas 90 personas...).
“Generalmente se cree que los que viven en la
calle tienen problemas habitacionales, pero en general llegan a esa situación
por problemas familiares, ya sea por cuestiones legales o por las adicciones
-de ellos o de sus hijos-. ¿Por qué queríamos tener estadísticas? Queremos que
este proyecto sea más amplio. Queremos una política pública mas seria. Queremos
tener contacto con otros organismos, para solucionar los problemas legales que
tienen estas personas, asesorarlos gratuitamente de manera jurídica o laboral.
No nos sirve levantar de la calle todos las días a la misma persona: queremos
reinsertarlos, que reciban educación, tratamientos médicos”, explica Miranda.
Agrega -respecto de esto último- que fueron invitados por la comisión de
Familia, Niñez, Adolescencia, Adultos Mayores y Discapacidad de la Legislatura
provincial para colaborar con una ley para personas en situación de calle y por
un concejal capitalino para la conformación de un proyecto de ordenanza que
amplíe el trabajo que se hace actualmente en el albergue municipal desde hace
unos meses (leer “Legislatura y Concejo...”).
Sueño
final
Jorgelina Pañuti, trabajadora Social del
municipio, avisa que hay dos denuncias anónimas al 103: unos vecinos señalaron
que en 9 de Julio y Las Piedras, y en Díaz Vélez al 300 dos personas duermen
sobre las veredas, entre cartones y papeles. La noche está muy fría. Entonces,
arrancan los motores de la búsqueda, pero al llegar a los destinos ya no hay
nadie en esa situación. Pañuti asegura que eso es algo que sucede a menudo,
pero que hay otros lugares que se convirtieron en espacios fijos de aquellos
que reposan por unas horas bajo el cielo, como las veredas de los hospitales.
En la primera cama de la habitación del
albergue ya está Rubén Antonio Moya. Su historia ya había sido contada en LA
GACETA en noviembre de 2015. “Antonio no camina, porque prefiere quedarse
quieto al lado de sus bolsas para que no le roben; padece de retención de
líquidos y se está recuperando de un esguince. Ya no puede vivir en el calle.
Necesita un hogar”, había explicado en aquel momento Luz Parrado, una
voluntaria de “Ancianos Felices”. Un mes después , Rubén se instaló en el
albergue municipal y desde entonces tiene acompañamiento terapéutico, porque
padece de esquizofrenia. Más cerca de la ventana está Ángel Eduardo Ledesma.
Espera al último invitado, Juan Carlos Medina, para apagar las luces. Confiesa
que cada noche se acuesta con un deseo: encontrar trabajo para pagar un
hospedaje y reunirse con sus dos pequeños hijos.
Unas 90
personas viven en la calle y la mayoría son hombres
Un mes fue el período de tiempo que le llevó a
la Dirección de Familia realizar el trabajo de campo, en el que censaron a unas
90 personas en situación de calle, pero no sólo en el centro de San Miguel de
Tucumán, sino también en las cercanías de avenidas como Roca, Francisco de
Aguirre, Sarmiento, Mate de Luna, Avellaneda, entre otras arterias.
De esas 90 personas, sólo 72 contestaron las
preguntas de las trabajadoras sociales de esa repartición municipal, que
indagan sobre el origen de su actual situación, entre otros puntos. “Muchos son
reticentes a hablar; prefieren seguir en el anonimato, y hasta cuando nos ven
llegar se van de inmediato a otra parte”, resaltó Sandra Miranda, titular de la
mencionada Dirección.
Del análisis del trabajo, surgieron datos
como: que el 80% de las personas en situación de calle con hombres; que la
mayoría son de 30 a 59 años; que los lugares más elegidos para dormir son la
vía pública céntrica (28%), el hospital Ángel C. Padilla (25%), el Centro de
Salud (19%), el Hospital del Niño Jesús (8%) y la Terminal de Ómnibus (7%),
entre otros; que más del 35% vive en la calle desde hace más de cinco años; que
la mayoría es mendigo, pero que el 25% cuida o lava autos; y que el 80% posee
documentación.
De las entrevistas, también surgió la temática
de las adicciones: el 76% padece de alcoholismo y tabaquismo y el 21% consume
drogas. En1 cuanto al nivel de instrucción académica, el 25% no tiene la
primaria completa y el 22% si la ha terminado y un 1,38% tiene estudios
terciarios o universitarios completos.
Teléfonos
Qué, cómo
y dónde colaborar
La Dirección de Familia Municipal tiene dos
teléfonos a donde se puede llamar para colaborar, y son: 4977018 (de 8 a 13)
y 38168593237 (de 8 a 20). Necesitan
ropa, sábanas, toallas y productos de aseo personal. El número 103, de Defensa
Civil Municipal, atiende las 24 horas. Por otra parte, el 21 de junio, en la
Casa del Bicentenario, ubicada en avenida Adolfo de la Vega 550, se realizará
una jornada solidaria en el marco del Día Internacional del Yoga. Como entrada
se solicita ropa de abrigo y artículos de aseo que serán donados a la Dirección
de Familia.
103
Es el número de Defensa Civil Municipal. Se
puede advertir que una persona duerme en la calle.
Leyes
Legislatura
y Concejo gestan dos proyectos
En el Concejo Deliberante están elaborando un
proyecto, con asesoramiento de la Dirección de Familia Municipal. El edil Luis
Argañaraz argumentó que utilizó al albergue municipal como un disparador: “la
idea es que hayan gabinetes que permitan derivar la gente de acuerdo a sus
necesidades. Queremos armar un programa integral y que siga dependiendo de de al Dirección. También queremos asistir
allí a la mujeres que sufren violencia doméstica”.
En la legislatura también se está gestando un proyecto de ley. El 4 de mayo la bancada opositora ingresó una propuesta de creación del Programa Provincial de Protección Social de Personas en Situación de Calle, con el objeto de brindarles un ámbito de contención y atención institucional. En esos días, también presentó uno la bancada oficialista. “Los trataron las comisiones de Familia y de Legislación Social y emitieron dictamen conjunto superador ambas partes. Ya está listo para tratamiento en sesión. Y tenemos una mirada optimista: podría suceder en 15 días”, comentó José María Canelada, legislador radical.
Fuente: http://m.lagaceta.com.ar/nota/685571/sociedad/capital-tucumana-90-personas-viven-situacion-calle.html