La Semana Mundial de la Lactancia Materna, que se celebra entre el 1 y el 7 de agosto, busca concientizar sobre la importancia de esta práctica no sólo para prevenir enfermedades en el futuro, sino también para promulgar el contacto entre la madre y el niño.
La leche materna es el alimento más completo para
el recién nacido porque le asegura al bebé un óptimo desarrollo psicológico,
nutricional, hormonal e inmunológico. Está demostrado que la contiene más de
370 componentes específicos y nutrientes que disminuyen los riesgos de contraer
ciertas enfermedades o infecciones tales como: síndrome de muerte súbita,
obesidad infantil, diabetes, problemas digestivos, deficiencia cognitiva,
cáncer, infecciones en las vías urinarias, diarrea, enfermedades respiratorias
y cardiovasculares.
Numerosos estudios demuestran que dar el pecho
tiene, tanto a corto como a largo plazo, efectos beneficiosos sobre el sistema
cardiovascular materno, pues actúa sobre factores de riesgo, tales como el
nivel de lípidos, la obesidad, la presión arterial, la insulina y los niveles
de glucosa. Por eso la práctica debe promoverse tanto para la salud del bebé
como de la madre.
El desconocimiento de la técnica, la falta de
apoyo, el uso del chupete y la administración de leche de fórmula, son las
principales causas del abandono precoz de la lactancia. También el tabaquismo
materno, el dolor en los pezones y el temor a no tener leche suficiente para
mantener al bebé, suelen ser problemas frecuentes.
La Organización Mundial de la Salud recomienda dar
la teta hasta los seis meses del bebé en forma exclusiva y, luego, incorporar
otros alimentos pero seguir amamantando hasta los dos años y más.
Este año el lema de la semana es “Lactancia
Materna: clave para el desarrollo sostenible”, en alusión a los 17 Objetivos de
Desarrollo Sostenible (ODS) definidos en 2016 por las Naciones Unidas, que
deberán guiar los programas de desarrollo de los diferentes países para los
próximos 15 años.
Qué se debe saber antes de empezar a amantar
• Desde el nacimiento la mamá y el bebé necesitan
estar juntos para que pueda mamar desde la primera hora de vida. La primera
leche, llamada calostro, es un concentrado de nutrientes y anticuerpos, mejor
aun que una vacuna.
• Para aliviar la congestión de los primeros días,
hay que prender el bebé al pecho muy seguido y, si es necesario, sacarse leche
masajeando los pechos desde la axila hacia el pezón.
• Cuanto más succione el bebé, más leche vas a
producir la madre, por lo que se sugiere amamantarlo a libre demanda.
• Dejar que el bebé mame todo el tiempo que quiera
de un pecho y, recién cuando lo suelte, ofrecerle el otro.
• La lactancia es una gran oportunidad para mejorar
la alimentación, pero además se debe tomar mucho líquido como agua, jugos de
frutas o infusiones. Amamantar ayuda a perder peso extra ganado durante el
embarazo, pero éste no es un buen momento para hacer dietas bajas calorías.
• Dar de mamar no debería doler, por eso al
principio se debe revisar y corregir la forma en que el bebé se prende al
pecho.
• Elegir la posición para amamantar que resulte más
cómoda, asegurando que el bebé abra bien la boca y tome toda o casi toda la
areola.
Fuente: http://www.docsalud.com/articulo/7432/la-importancia-de-amamantar-para-el-desarrollo-del-beb%C3%A9