El Frente para la Victoria en la Cámara de Diputados otorgó media
sanción al proyecto del Presupuesto 2016, el último de la era kirchnerista. El
oficialismo y sus aliados tradicionales obtuvieron 137 positivos, frente a 80
negativos. El PRO y la UCR votaron en contra. El Frente Renovador no estuvo
presente a la hora de votar. Su argumento fue que había que esperar al próximo
presidente. Para 2016, la norma prevé un crecimiento del PBI de 3,0 por ciento,
un saldo comercial superavitario de 4040 millones de dólares y una variación
(promedio) del IPCNu de 14,5 por ciento. Tras la sanción, la Cámara baja
continuó, al cierre de esta edición, con el debate y aprobación de la prórroga
de la Emergencia Económica y una serie de impuestos.
“El rechazo al proyecto de
Presupuesto revela un rechazo a la política fiscal de este gobierno, que ha
traído desendeudamiento, progresividad tributaria y una mejora en la inversión
social. Hemos enfrentado con éxito un contexto de restricción externa y de
caída de las exportaciones, cumplimos con los compromisos de deuda y logramos
una fuerte expansión del mercado interno”, sostuvo Roberto Feletti (FpV),
titular de Presupuesto.
El FpV aprobó el decimotercer
presupuesto de su gestión (2003-2015), el último del kirchnerismo en el
gobierno. Fue un debate extenso, denso por momentos, y con una oposición
monocorde, centrada en la supuesta discrecionalidad del Poder Ejecutivo en la
distribución de recursos. La nota la dio el Frente Renovador, que directamente
decidió ausentarse del debate presupuestario. Al mediodía, el legislador
Alberto Roberti lideró una conferencia de prensa para anunciar que su bloque se
mantendría al margen del debate por considerar que la ley de recursos y gastos
del Estado debería ser analizada por el próximo gobierno. Lo acompañaban en la
rueda de prensa Graciela Camaño, Gilberto Alegre, Adrián Pérez, José Ignacio de
Mendiguren, Oscar Martínez, Mirta Tundis, Alberto Asseff, Nélida Elorriaga,
Martín D’Alessandro y Laura Esper. Sergio Massa, en tanto, ausente en el
recinto y en la conferencia de prensa.
El principal momento de tensión
de la jornada ocurrió antes del inicio del debate, en la reunión de labor
parlamentaria. El oficialismo había decidido días atrás incluir en el temario,
además del paquete económico, las leyes de actores y la nueva ley de deporte.
El radicalismo, PRO y FR se oponen a la última normativa por considerar que es
una “ley hecha por La Cámpora que creará varios organismos estatales”. Como el
FpV decidió avanzar con todas las leyes, la oposición respondió con el
reglamento de la Cámara de Diputados.
A diferencia de otras sesiones,
en esta oportunidad el proyecto de Presupuesto se trató de manera separada a la
prórroga de la Emergencia y de impuestos. Es decir, se empujó a tener debates
por separados. La suma de oradores puestos a consideración arrojó un tiempo
estimado de debate que prometía finalizar al día siguiente. Un radical dijo
tras bambalinas: “No nos van a arruinar nuestro último acto de campaña; si nos
bajamos, que nos den algo”.
A diferencia del Frente
Renovador, el radicalismo sí debatió en el recinto, aunque también insistió en
que el Presupuesto 2016 debería ser aprobado por el próximo gobierno. “Este
proyecto repite los defectos de origen de otros presupuestos. Son las mismas
deformaciones que luego son corregidas por las facultades extraordinarias del
Ejecutivo. Porque somos responsables, no podemos acompañar este presupuesto”,
lanzó Miguel Angel Bazze y agregó: “El Presupuesto se aprobó año a año a libro
cerrado, sin modificaciones sugeridas por la oposición”.
La postura de la socialista
Alicia Ciciliani fue algo ambigua. Cuestionó el texto enviado por el Poder
Ejecutivo por ser “unitario”, según su concepción, y añoró la época de los
superávit gemelos. Elogió el actual nivel del gasto público. “Esta enorme
inversión pública que valoramos, lo consideramos algo positivo. El Estado bien
financiado es un instrumento en la lucha contra la desigualdad. Pero hay que
ver la productividad de ese gasto. En el recinto hay carteles que reclaman más
presupuesto para la salud pública. Yo tengo en mi banca un trabajo de
productores tamberos que también reclaman medidas para las economías
regionales”, reflexionó la socialista.
La omisión de Ciciliani no fue
menor. Los carteles a los que hizo alusión estaban pegados sobre las bancas del
FpV con el reclamo de que no haya más recortes presupuestarios para el Hospital
Garrahan. El mensaje estaba dirigido a Mauricio Macri. Desde el PRO tampoco se
hicieron cargo.
La iniciativa parlamentaria
mantiene la lógica de los últimos doce presupuestos: un incremento del gasto
público de 15,8 por ciento orientado a los servicios sociales –vivienda, salud,
educación, agua potable, y ciencia y tecnología– en detrimento de los servicios
económicos, que es donde están comprendidos los subsidios a las empresas
privadas.
En este proyecto, los servicios
sociales representan el 64,0 por ciento de todo el Presupuesto 2016, cuando en
los cálculos para 2015 este rubro equivalía al 58,7 por ciento de todos los
recursos. La marcada diferencia desmiente la idea del ajuste, al menos desde lo
presupuestario, sostenida por gran parte de la oposición, en particular la
izquierda del FIT.
El plan de obras públicas
plurianual (2016-2018) prevé erogaciones para el próximo año calculadas en
26.007,0 millones de pesos, un crecimiento exponencial a lo previsto para el
año en curso (5644,9 millones de pesos). En el Presupuesto 2015, el cálculo de
todas las obras plurianuales hasta su finalización ascendía a 147.347 millones
de pesos. Para el Presupuesto 2016, el cálculo estimado para la finalización de
todas las obras asciende a 232.966 millones de pesos. Es decir, existe una
mayor previsión de obras públicas plurianuales.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-283386-2015-10-08.html