El optimismo que muestran hoy los empresarios, sin
dudas es porque suponen que habrá cambios en los próximos meses. Además ven que
los tres candidatos están de acuerdo con el reclamo empresario de reglas claras
y de políticas proinversión, señaló Eduardo D'Alessio al explicar los
resultados de la tradicional encuesta de expectativas empresarias de IDEA.
La novedad que mostró este año el sondeo es que un 52% de los hombres de
negocios se inclina por augurar un mejoramiento económico. Sólo el 24% mostró un
pronóstico pesimista.
Esto es disruptivo respecto de las tendencias anteriores que siempre fueron a
la baja, para encontrar números positivos hay que remontarse a 2010, recordó
D'Alessio. Desde marzo de 2012 las expectativas estaban dentro de los rangos
moderadamente peor o mucho peor con lo que el nuevo dato irrumpe dentro de un
marco positivo y coincide claramente con el cambio de Gobierno.
El mundo empresario espera que haya algún tipo modificación en las políticas
económicas después del 10 de diciembre aunque en sus previsiones prevén mejoras
en las ventas, la inversión y las exportaciones, pero con una mantenida caída
de la rentabilidad.
En los últimos semestres las exportaciones, las inversiones y las ventas
mostraban balances negativos, la perspectiva para los próximos 12 meses es que
esa tendencia se revierta con una marcada mejora en el rubro ventas. Según la
encuesta, el 53% de los empresarios cree que las ventas aumentarán
significativamente o moderadamente, mientras que ese mismo dato había arrojado
un 30% hace sólo 4 meses.
Como contrapartida, en relación con el empleo, las empresas no advierten
grandes cambios para el próximo período. Los valores se mantienen casi iguales
ya que el 45% considera que no habrá modificaciones.
Consultados sobre los principales factores para crecimiento para 2016, los
ítems fueron calculados con los del año anterior donde lidera la
diversificación de productos y servicios, seguida por logros de alianzas
estratégicas, procesos de reingeniería, inversión en nuevas tecnologías y por
último abaratamiento de costos.
La rentabilidad es un tema que aqueja porque pese a avizorar factores de
crecimiento, se considera que la renta continuará en declive, aunque en forma
más moderada que en los semestres anteriores. El 50% estima que las ganancias
caerán entre leve y significativamente; en la anterior medición fue del 52%.
En tanto, 7 de cada 10 empresas consultadas
mantienen más de un 70% de su capacidad utilizada, además se amplió la brecha
de capacidad disponible por inversiones en un contexto de bajo crecimiento de
la demanda.
En cuanto a inversión, tema central para el próximo Gobierno, el nivel medido
como porcentaje de la facturación anual se mantiene dentro del rango de los
años anteriores. Entonces, los encuestados estiman que su inversión alcanzará
el 11% en 2016, cifra ligeramente superior al año previo. Y esa inversión
estará destinada en su mayoría a capacitación, desarrollo de tecnología, nuevos
productos y búsqueda de nuevos mercados. En este sentido siguen primando las
inversiones blandas en lugar de las duras como obras civiles, compra de
maquinaria o equipamiento. Podemos ver que hay inversiones para equipos
productivos más que para instalar fábricas, aclaró D´Alessio.
Una de las preguntas clásicas en este sondeo es cuáles consideran que son las
medidas apropiadas para promover la inversión. Los primeros puestos se
mantienen: eliminación de impuestos distorsivos (48%), clarificación de las
reglas de juego (46%) y política fiscal proinversión (45%). El financiamiento a
largo plazo y renegociación con los acreedores sigue con altos porcentajes pero
en un segundo plano.
Los desafíos empresarios para el próximo año serán los salarios con un 42%, la
retención de talentos, con un 41% y la tecnología, con el 29%. Es peor perder
un empleado clave que un cliente, reveló el economista que le comentó un
empresario, por eso la retención de talentos es una de las preocupaciones y
desafíos.
En cuanto a qué tipo de inversión requiere el país para ser más productivo al unísono
se respondió en mejoras orientadas hacia la infraestructura: electricidad
(66%), rutas y caminos (48%), gas (45%), trenes (42%). El único decrecimiento
notable en el nivel de demanda de inversiones es el petróleo seguramente
influido por la caída de los precios observada desde la última medición, cita
el informe.
Finalmente la competitividad internacional es vista de forma adversa ya que
sólo el 16% de los entrevistados consideró que es alto mientras que un 19% no
quiso responder. Este ítem se lo vincula en forma directa con el tipo de cambio
(33%) lo que la transforma en un fenómeno coyuntural. El 31% considera que la
competitividad local hacia el mundo es baja.
Al respecto, el economista y director de Abeceb, Dante Sica, entiende que si bien una devaluación es inevitable, los empresarios saben que una mejora en el tipo de cambio no va a hacer que automáticamente se exporte más; hay que tener en cuenta que los países donde Argentina ubica el 70% de sus exportaciones van a crecer sólo el 2%.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=811941