Un "juicio vip". Eso es lo que
dispuso, al restringir el ingreso a la sala, el Tribunal Oral en lo Criminal 8
de la Capital Federal que tiene en sus manos juzgar al sommelier Luciano Sosto
(37), acusado de matar a su propia madre y a quien, según la acusación de la fiscalía, también habría intentado
abusar en su departamento del barrio de Palermo.
El hecho
de que el tribunal, integrado por los jueces Alfredo Alejando Sañudo, Ricardo
Ángel Basílico y Fernando Larraín, haya decidido cerrar las puertas para permitir
el acceso de medios, pone a la Justicia de espaldas a la sociedad. Y lo que es
peor aún: deja un manto de sospecha sobre el complejo caso. Se trata, en
definitiva, de un juicio oral y público, tal como lo dispone la ley, pero que,
valga la contradicción, no será público.
Sosto
está preso en la cárcel de Marcos Paz desde que ocurrió el asesinato en
diciembre de 2013. Lo van a juzgar entre el 26 y el viernes 30 de octubre. En
las audiencias desfilarán muchos testigos, entre ellos hijos de famosos y del
mundo de la Justicia y de la política. ¿Será por eso que cierran las puertas?
En todo momento y tal como se desprende de la instrucción de la causa, en los
relatos sobrevolarán los fantasmas de la cocaína y la corrupción.
La fiscal
del juicio será la doctora Diana Goral, mientras que la defensa será ejercida
por los profesionales Guillermo Schmidt y Juan José Ávila. El sommelier e hijo
de un conocido empresario gastronómico de Buenos Aires está acusado de los
delitos de "homicidio agravado por el vínculo en concurso real con abuso
sexual también agravado por el vínculo", en perjuicio de Estela Garcilazo
(69).
El caso
se conoció cuando el propio Luciano, conocido como "Lucky", llamó a
las 15.07 del 26 de diciembre de 2013 a un servicio de emergencia para pedir
ayuda porque su madre estaba descompuesta. Incluso cortó esa primera
comunicación diciendo que la madre (a quien en las llamadas nunca menciona como
su progenitora) estaba entrando en shock. Hay una segunda comunicación, también
grabada en la emergencia, a las 15.35 reiterando el pedido, donde además se
escucha un leve gemido. Sosto por entonces, vivía en el 5º B y su madre en el
4º B, del edifico de Seguí 4444 de Palermo, frente a la residencia del
embajador de los Estados Unidos en Buenos Aires.
El
sommelier intentó persuadir a médicos y policías que la madre estaba aún con
vida y que ingresó alrededor de las 15 horas al departamento de ella (que vivía
sola, llevaba varios años divorciada) cuando bajó por las escaleras, porque
había un corte de luz, y al pasar por la puerta de servicio del 4º piso escuchó
quejidos. Pero los forenses fueron contundentes: la data de muerte de la mujer
la ubican entre las 7.30 y las 11.30 de esa mañana.
Pero
había más. Si bien Sosto mencionó como causas posibles una caída con golpe
incluido y una descompensación repentina, entre otras versiones, los forenses
también hablaron: dijeron que la causa de muerte fue asfixia manual por
compresión extrínseca del cuello, o sea estrangulamiento. También había
lesiones en la cara, cuello, brazos, manos y piernas, entre otras lastimaduras.
La fiscal
Graciela Bugeiro, al igual que el juez Hernán Martín López, que estuvieron a
cargo de la instrucción, descubrieron que Sosto llamó tres veces esa mañana a
su madre desde el piso superior, además de que un monedero y una caja en donde
la mujer guardaba plata aparecieron en el departamento del acusado quien, tal
como él mismo lo reconoció en la causa, se la pasaba encerrado consumiendo
alcohol y cocaína. La noche posterior al crimen, un amigo de él fue a comprar
drogas a un dealer de la avenida Santa Fe con esa plata. La negociación por la
cocaína se hizo a través de mensajes, lo que quedó registrado en el expediente.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=812192