![El Museo Miguel Lillo propone un viaje imaginario a África El Museo Miguel Lillo propone un viaje imaginario a África](/Uploads/Articulos/600/7732a205436d4.jpg)
Adentrarse en el lejano
continente ahora es posible, y desde Tucumán. Conocer sus paisajes desérticos y
tropicales, sus diferentes climas y sobre todo a sus animales, los principales
protagonistas de la nueva sala que inauguró el Museo Miguel Lillo.
La muestra “Eduardo Gerlero –
África” quedó abierta al público a partir de hoy, luego de una ceremonia de la
que participaron el gobernador, Juan Manzur; el ministro de Educación, Juan
Pablo Licthmajer; miembros de la familia Gerlero Anchorena, que donó la
colección, y autoridades del museo y la Fundación Miguel Lillo.
El león, el cocodrilo, el
hipopótamo y el enorme elefante africano, son las piezas más llamativas de los
280 ejemplares que donó la familia desde Buenos Aires para su conservación y
exposición permanente, abierta a todo el público.
La muestra será motivo de visita
permanente para todos los chicos de las escuelas, que vendrán a estudiar y a
formarse; y pasará a ser un atractivo turístico a nivel de Argentina y América
Latina”, destacó Manzur, quien agradeció a la familia Gerlero Anchorena por
elegir el Museo Miguel Lillo para donar la valiosa colección.
La afirmación de Manzur obedece a
que el 80% de los visitantes del Museo Miguel Lillo son niños y jóvenes en
etapa escolar, que llegan a conocer más sobre la flora y la fauna de Tucumán y de
otras latitudes del planeta.
“Los chicos podrán conocer a
estos animales que son de lugares remotos de una manera distinta: desde lo
afectivo, por medio de historias que cuentan los guías y que van más allá de
las características de los animales en sí; el museo es efectivo si es afectivo,
por eso es importante despertar la curiosidad y el interés mediante relatos,
porque de esa forma les va a dar ganas de proteger a los animales y el medio
ambiente”, sostuvo Liliana Ferrari, directora del museo.
El armado de la sala comenzó en
julio del año pasado, cuando los hermanos Gerlero Anchorena decidieron darle un
destino social a la muestra que había pertenecido a su padre Eduardo. “La
preocupación de mi padre en vida era saber qué iba a hacer con su colección,
que a lo largo de 20 años y muchos viajes consiguió. Luego de su fallecimiento,
la colección estuvo en nuestras manos hasta que nos preguntamos qué era lo que
haríamos con ella”, contó Eduardo Gerlero hijo.
“No queríamos que las piezas
terminen abandonadas en un depósito, porque eran difíciles de preservar y
ocupaban mucho espacio”, relató. En ese momento, Domingo Arroyo, amigo de
Eduardo padre, estableció el nexo entre la Fundación Lillo y la familia para
posibilitar la donación de los animales al museo.
Las piezas fueron llegando desde
Escobar, en provincia de Buenos Aires, logística que estuvo a cargo del
Gobierno de la Provincia. “Fue un largo proceso desde julio del año pasado,
cuando comenzaron a llegar los animales en tres camiones a Tucumán”, agregó la
directora del museo, quien remarcó que “sin los aportes del gobierno tucumano
no hubiera sido posible montar la muestra”.
Fuente: Abogados Tucumán