Abogados Tucumán entrevistó a Luciana Díaz, actual candidata a decana de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNT, docente asociada de la cátedra de Derecho Internacional Público y Política Internacional, a cargo de la cátedra Procesos de Integración, es investigadora categoría 2, directora de un programa de investigación que reúne a dos proyectos y evaluadora de proyectos e investigadores del Ministerio de Educación de la Nación. 

-          ¿Dónde hizo su Jardín?

En la época en que comencé mis estudios primarios tenía cuatro años, no había jardín de infantes y mi madre me llevó a la escuela para que socializara porque era una niña que leía mucho, incluso a esa edad. 

Entonces, la maestra me promovía porque veía que había aprendido lo suficiente. Así fue cómo comencé el secundario en el Liceo Nacional de Señoritas con 11 años y terminé con 15. Comencé mis estudios universitarios a los 16 años.

Siempre me senté en las primeras  filas, a pesar de que soy muy alta. Recuerdo a Sara Lía González como una de mis mejores maestras.

-          ¿Por qué eligió la Abogacía?

Quería ingresar a la Escuela del Servicio Exterior de la Nación. Comencé a estudiar derecho y por eso hoy estoy en la cátedra de Derecho Internacional Público. Trabajé en la Dirección de Relaciones Internacionales de la UNT.

Tengo una fuerte impronta en esa línea de trabajo y la abogacía es un gran paraguas, se puede ejercer profesionalmente, trabajar con la comunidad, con productores y microemprendedores.

-          ¿En qué año cursó su carrera?

Empecé en el año 1967, pero lo hice de una manera un poco irregular porque como le digo a mis alumnos, detrás de cada persona hay una historia de vida. Me casé y como mi marido tenía una beca tuve que suspender mis estudios por dos años. Cuando regresé, rendí 14 materias seguidas en un año y medio, estudiaba intensamente. 

-¿Estudiaba sola o en grupo?

Generalmente estudiaba con compañeros.

- ¿Qué docente la marca?

Recuerdo a Arturo Ponsati. Mucho tiempo después de graduarme, seguía yendo a sus clases. También recuerdo al doctor Villeco. Ambos tenían una cultura que no es frecuente, eran profesores que pueden hablar con solvencia de cualquier tema.

-¿La materia que más le costó?

La que más me costó fue Derecho Procesal II, así se llamaba en ese entonces, porque el ejercicio de la abogacía no era mi fuerte. Me dediqué a la docencia y a la investigación.

-          ¿Militó en alguna agrupación?

Muy esporádicamente. En primer lugar era muy chica. Había un grupo muy reducido, en 1977 sólo estaba esta casa y las clases tenían 25 alumnos.

-          La UNT, qué rol ocupa hoy en la sociedad

Quiero hablar del rol que ocupa la Facultad de Derecho en este momento. En los últimos días escuché a los graduados, hablaban de la pobreza creciente de los abogados y del desprestigio de la carrera. 

Queremos mejorar la carrera de grado. Una de las metas de la gestión es mejorar la excelencia en la carrera de grado, en este momento la Facultad no tiene ningún doctorado, ni maestría. Tenemos que darles una oferta a profesores y graduados para que se especialicen. Normalmente esto insume mucho dinero y se tiene que hacer afuera. Nosotros queremos que esto se haga aquí.

La carrera de Abogacía es una necesidad para esta sociedad. Ayer veía que el presidente, Mauricio Macri, fue a la Escuela de Anfama y pensé: qué bueno que un presidente vea una realidad distinta. Nosotros en la Universidad tenemos aulas sin proyectores, en clases con 800 alumnos. Una de las bases del nuestro equipo de trabajo es la igualdad de oportunidades. 

-          Un decano ¿qué papel juega en la vida de un estudiante?

El decano tiene un nombre relacionado con su edad. Es la persona elegida por su conocimiento de la casa y por su experiencia. Tiene que ser un nexo entre docentes y no docentes, entre estudiantes y graduados. Tiene que llevar a cabo su función, dando prioridad a los temas más necesarios y dando cuenta del manejo de los fondos.

Nuestra Cooperadora no rinde cuentas de sus ingreses y gastos desde el 2014. Queremos que la Cooperadora rinda cuenta de sus gastos.

-          Si hipotéticamente tendría un poder supremo para hacer un cambio, qué cambiaría en la Facultad.

Asumí un compromiso muy importante. Me convocó un equipo, me expuso un plan para cambiar muchas cosas en la Facultad y he pensado que vamos a poder trabajar con el apoyo de toda nuestra gente. Tenemos el compromiso de escuchar a los estudiantes, de darles un lugar a los egresados para que trabajen con nosotros.

Tenemos 170 nombramientos que no tienen presupuestos, que trabajan desde hace cuatro años y que no ha cobrado nunca. Uno de los principales problemas de la futura gestión es encontrar una respuesta. El 90% de nuestro plantel docente no es regular. No se aplicó la Ley del Convenio Colectivo de Trabajo, no se llamó a concursos. Necesitamos más investigadores en esta Facultad, porque pueden trasmitir mucho al medio.

-          Teniendo en cuenta que la UNT es un polo educativo del NOA, cree que se podría incorporar la modalidad de educación a distancia o no presencial.

Una de nuestras ideas es el aula virtual. La Facultad de Derecho se ha caracterizado por la educación a distancia. Alumnos de otras provincias podían venir aquí, rendir sus materias y volver a sus casas. 

Tenemos que encontrar una solución para los alumnos con títulos intermedios del Plan 77’ que a lo mejor le faltan un par de materias para concluir la carrera de Abogacía. Para ellos vamos a organizar un sistema de tutorías para resolver sus problemas. Convocamos a estudiantes y egresados para refundar esta casa, y posicionarla en la región y a nivel internacional.

-          Hablando de su candidatura ¿Por qué se postula?

Le debo mucho a esta casa de estudios. Más allá del esfuerzo que hice para recibirme, lo considero un triunfo como mujer haber conquistado un lugar y haberme recibido en aquel momento, pese a la oposición de mi familia que quería que hiciera otra cosa. 

-          ¿Quiénes la acompañan en este proyecto? Son los mismos de siempre o llegó gente nueva.

Me acompaña gente nueva y personas que vienen militando en la política, porque la política es una cuestión que se da de por vida. Hay personas que estuvieron en gestiones anteriores. Me acompañan Felipe Rougés, hijo de nuestro anterior decano, Pedro Rougés. Carlos Saltor, el fiscal tan reconocido en estos días y Mauricio Argiró. También me acompaña Roberto Gilli que hizo un gran trabajo por los egresados.  

Un espectro muy grande de gente que nos hemos unido en esta empresa para lograr una facultad exitosa.

-          ¿Qué se juegan en estas elecciones?

Creo que la actual gestión no tiene muchas expectativas de cambio porque lamentablemente nuestra Decana pretendió postularse al Rectorado sin éxito. No tendrá el apoyo de las autoridades y consiguió aislarse de las otras unidades académicas.

Nosotros queremos entablar buenas relaciones con otras unidades académicas. Tenemos en el CIUNT la interdisciplinariedad, necesitamos vincularnos con las unidades que están relacionadas con el aparato productivo, tenemos que ver mucho con Filosofía y Letras, por citar solo algunas. El abogado es alguien en que una persona deposita su vida, sus bienes y su libertad.

El nombre de nuestra Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, se traduzca en una oferta de carreras. Tenemos que impulsar carreras que tengan un tinte netamente social, de corta duración que no tenemos en estos momentos. Carreras que tengan que ver con el medio, con la posibilidad de trabajar de forma inmediata. Nosotros queremos que no voten a personas, sino a equipos de trabajo.

-          Si a ellos les tocara ganar, qué les diría.

Les desearía mucho éxito. Todos queremos lo mejor para nuestra casa y les pediría que corrijan el rumbo.

-          Por último, le  brindamos la palabra para que exprese o diga lo que usted desee.

Tengo un hijo joven que se tatuó una frase en el brazo para gran disgusto mío que dice: "Lo mejor está por venir", en inglés. Muy a pesar mío, pero que considero que trasmite un mensaje válido. Más allá de quienes ganen en estas elecciones creo que es bueno tener esperanzas pensando en que pueda venir lo mejor. Soy muy creyente y creo que Dios hace siempre lo mejor para uno.

Nota audiovisual: