El arzobispo de Tucumán, Carlos Sánchez, presidió la
homilía, en la Iglesia Catedral, durante los festejos de los 208 años de la Revolución
de Mayo, donde trasmitió un mensaje de concordia frente al gobernador, Juan
Manzur; su esposa, Sandra Mattar; el vicegobernador, Osvaldo Jaldo; y
autoridades de todos los poderes del Estado.
Durante su alocución, Sánchez, expresó: “Debemos ser constructores,
no consumidores pasivos de la Patria. Tenemos que pensar qué podemos aportar
como Nación. Hay que ver todas las realidades y transformarlas para el bien
común”.
Sobre el debate por la interrupción del embarazo, el
Arzobispo dijo que “es aberrante pensar que un humano puede eliminar la vida de
otro ser. Cuidemos la vida del argentino en gestación que es sujeto de
derechos. Salvemos las dos vidas”.
El máximo representante de la Iglesia Católica en Tucumán
pidió a las autoridades y al pueblo cuidar la infancia y terminar con la
pobreza: “Nuestros chicos, cuando no pueden más, caen en el suicidio. Toda vida
vale. Otra realidad que toca vivir es la pobreza y la marginalidad” y pidió
proteger a los jóvenes adictos, a los ancianos, combatir la violencia y la
inseguridad.
“Tengo alegría y esperanza en el pueblo que tiene
iniciativas de vida plena. Valoro el hecho de que muchos tucumanos, por
iniciativa propia, cuiden a los más necesitados. Falta cerrar la brecha de la
pobreza. Somos patria y familia, aquí nadie sobra. Somos argentinos, somos
tucumanos. Queremos una patria en paz y fraterna. Comprometámonos para que
todos vivamos la alegría de ser argentinos”, dijo.
Fuente: Abogados Tucumán