El médico otorrinolaringólogo del hospital del Niño Jesús,
Gustavo Gandur, realizó una Miringoplastía para corregir la perforación en la
membrana timpánica mediante la colocación de un injerto, lo cual impide que se
produzca una pérdida auditiva. Se hizo por primera vez en un hospital público
de la provincia.
El tímpano es la membrana que delimita el oído externo y el
oído medio, y vibra cuando las ondas sonoras lo golpean. Cuando está dañado o
tiene una perforación, la capacidad auditiva de la persona se puede reducir y
las probabilidades de sufrir infecciones en esa zona aumentan
considerablemente, sobre todo cuando una persona esta congestionada.
Cabe destacar que desde que se comenzó a utilizar la
endoscopia en las patologías del oído se profundizaron los estudios de este
sector del cuerpo, permitiendo llegar a lugares que con un microscopio común no
se podía”, dijo Gandur, quien además contó que lo más importante de esta
intervención es la reducción del tiempo de cirugía y la recuperación e
internación, ya que al otro día el paciente está en su casa.
“En la cirugía tradicional se realiza una incisión mucho más
grande, hay que despegar la oreja, entrar por detrás y hacer incisiones muy
amplias, lo cual necesita un tiempo de evolución posquirúrgica mayor, duele
más, el paciente se siente más incómodo; en cambio con esta técnica endoscópica
existen menores riegos y es menos traumático para el oído y para el niño, ya
que no se realizan grandes incisiones retroauriculares. Se trata de una
incisión de 2 centímetros del fascia musculo temporal, se realiza un desbridamiento
de los bordes de la perforación y finalmente se coloca el injerto, tras lo cual
se suele rellenar el oído con material hemostático reabsorbible”, detalló el
especialista.
Rodrigo Gramajo, desde chiquito sufría de manera recurrente
fuerte dolores y hasta supuración en sus oídos, a causa de una otitis media
crónica simple que derivó en la perforación timpánica de sus oídos, además de
la dolencia que le significaba, y tuvo pérdida gradual de la audición.
“Desde el primer mes de vida empezó con las frecuentes
visitas a los especialistas. Desde muy chico sufrió con el dolor, la supuración
y las aspiraciones. Pasamos por muchos médicos pero ninguna daba con el
diagnóstico. Hasta que llegamos al doctor Gandur, quien desde el primer momento
cambió esas aspiraciones con medicación y comenzó de a poco a mejorar el estilo
de vida de Rodrigo”, contó Verónica Villagra, madre del paciente.
Después de un tiempo de tratamiento, a sus 9 años, Rodrigo
tuvo su primera intervención quirúrgica de manera tradicional; a lo que
recuerda que el proceso quirúrgico y posoperatorio fue traumático y doloroso.
Pero a la vez muchas cosas en su vida cambiaron, los dolores redujeron y las
infecciones de oídos eran menos frecuentes.
“A los 11 años le realizaron una nueva cirugía tradicional
del otro oído. Esto mejoró notablemente su salud. Junto a eso también su estado
de ánimo y su confianza porque era un niño que tenía muchos miedos, muy
introvertido”, recordó Villagra.
Fuente: Abogados Tucumán