De ahora en adelante, el kilo se
definirá no a partir de un artefacto, como el cilindro de platino e iridio que
se guardaba en la Oficina de Pesos y Medidas de París desde 1799, sino de
constantes físicas de la naturaleza.
La nueva definición del kilo se
acordó en año pasado en Versalles luego de doce años de experimentosy en
principio no afectará en los hechos al pesaje que hace a la vida diaria de las
personas, es decir que un kilo de oro o dos kilos de manzanas seguirán
equivaliendo lo mismo.
Sin embargo, el cambio en
"la realización del kilo" abrirá las puertas de nuevos desarrollos
científicos cuya magnitud todavía están por verse, tal como sucedió con la
redefinición del segundo realizada en 1969, que posibilitó años después
utilizar los sistemas de GPS o la Internet.
"Todas las unidades se
definirán en base a constantes de la naturaleza en lugar de artefactos,
propiedades de materiales o experimentos teóricos irrealizables, como sucedía
hasta ahora", explicó Héctor Laiz, gerente de Metrología y Calidad del
Instituto Nacional de Tecnología Industrial.
El experto del INTI que es el
único representante sudamericano en el Comité Internacional de Pesas y Medidas
dijo que la nueva definición del kilo "no va a impactar en la balanza que
usa el médico para pesar a un paciente pero sí tendrá gran repercusión para el
campo científico; el mayor cambio probablemente lo sentirán los fabricantes de
instrumentos científicos, que deberán adaptar sus productos a las nuevas
mediciones".
Laiz señaló que esta modificación
"también representará un desafío para la educación porque a partir de
ahora habrá que enseñarles a los alumnos en los colegios secundarios las nuevas
definiciones de las unidades de medida".
Las primeras unidades del sistema
métrico decimal (como el metro, y a partir de este, el kilo) se crearon luego
del trabajo de los astrónomos Jean-Baptiste Joseph Delambre y Pierre François
André Méchain, cuyos patrones fueron depositados en los Archivos de la
República de Francia el 22 de junio de 1799.
Poco más de dos siglos más tarde,
la Conferencia General de Pesos y Medidas reunió a científicos llegados desde
60 países y selló un histórico acuerdo que dejó de lado definiciones abstractas
o arbitrarias, tales como la comparación con un objeto físico, y permitió
"realizar" estas unidades en cualquier momento y lugar porque se las
definió sobre la base de constantes fundamentales de la naturaleza.
Así fue como se redefinieron
cuatro unidades básicas: el kilogramo (unidad de masa), el ampere (unidad de
corriente eléctrica), el kelvin (unidad de temperatura) y el mol (unidad de
sustancia).
La redefinición del kilo se
realizó en función del "valor de la constante de Planck", llevó doce
años de trabajos experimentales y se inspiró en el trabajo del físico y
matemático alemán Max Planck, quien había propuesto en 1900 redefinir el
sistema internacional de medidas sobre la base de constantes fundamentales de
la naturaleza, cuando afirmó que éstas "necesariamente retendrán su
validez en todo tiempo y cultura, incluso en las extraterrestres".
Como la constante de Planck vale
lo mismo en cualquier lugar del universo y en cualquier condición,un kilogramo
va a pesar lo mismo en el planeta Tierra que en Júpiter. "Antes, si uno
quería medirlo en Marte, tenía que sacar el cilindro de platino e iridio de su
bóveda y llevarlo al planeta rojo para hacer calibraciones. Ahora, solo tengo
que hacer un experimento que relacione la masa con la constante de
Planck", explicó Laiz.
Fuente: lanacion.com.ar