
El seleccionado argentino de
básquetbol no detiene su marcha. Da pasos sólidos y la autoridad con la que
impone condiciones impacta. Quería clasificarse a la segunda etapa de la Copa
del Mundo y lo hizo con marca perfecta, consiguió el pasaje a los cuartos de final
antes del cierre de la segunda etapa y se quedó con el primer lugar del Grupo I
sin ceder ni un juego. Polonia sufrió a la Argentina que, por momentos, le dio
una lección de cómo defender y cómo resolver transiciones con una tremenda
velocidad. La victoria fue por 91-65 y ahora irá por un nuevo desafío, dar un
paso más en la instancia en la que no hay mañana; allí se enfrentará con
Serbia. Espera, también porque quizá, pueda estar en Tokio antes de jugar su
próximo partido, éste martes, en Dongguan.
Cada apertura de la Argentina
demuestra la cantidad de recursos que tiene el conjunto nacional. Sostiene una
defensa intensa desde los primeros metros para sacarle segundos al juego 5 por
5 del rival. Y la lectura ofensiva previa del partido resultó clave, ya que
movió rápido el balón hacia abajo del aro para que Marcos Delía pudiese
aprovechar su mayor velocidad contra jugadores internos de Polonia poco
atléticos. Eso permitió que el pivote argentino marcase 8 puntos consecutivos.
Encontró también soluciones en Nicolás Brussino que estuvo conectado e intenso
para defender. Así la Argentina cerró un primer cuarto dominando las acciones y
arriba en el marcador por 20-14
El comienzo del segundo cuarto
tuvo nuevamente a Brussino en líne: con un triple y una volcada, puso a la
Argentina a 11 puntos de diferencia sobre Polonia (25-14). Patricio Garino en
silencio hizo su trabajo para el equipo y sacó de ritmo a Ponitka, el goleador
polaco. La defensa del conjunto nacional resultó tan asfixiante que le provocó
12 perdidas y le permitió apenas 20 puntos en 17 minutos a Polonia. Una
verdadera cátedra de cómo anular a un rival. Y no dejó escapar las
oportunidades ofensivas, pudo correr y lastimar desde el perímetro, tanto que
sacó la máxima diferencia cuando faltaban poco más de dos minutos para el
cierre del primer tiempo (37-20). El equipo de Hernández volvió a demostrar
solidez en su juego y se fue al descanso ganando: 42-27.
El último cuarto resultó un
compromiso para demostrar el alto nivel de confianza de la Argentina. El
entrenador sacó rápido a sus jugadores titulares y le dio minutos a Máximo
Fjellerup, Lucio Redivo y Agustín Cáffaro para que tomen confianza en el
partido. Las estadísticas del equipo se elevaron y Polonia se entregó antes de tiempo,
ya que advirtió que la diferencia atlética entre los dos equipos era imposible
de equiparar. Resultó una nueva función perfecta del equipo que en esta Copa
del Mundo ya demostró de qué está hecho.
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/mundial-basquet-argentina-polonia-nid2285643