La utilización de palabras
inclusivas por parte de los jueces abrió el debate sobre el rol del lenguaje y
la necesidad de revisar las prácticas dentro del Poder Judicial. El lenguaje
claro y las transformaciones en la vida profesional.
Hace pocos días se conoció una de
las primeras sentencias dictadas en el país con lenguaje inclusivo. Se trata de
una causa por las vacantes en los colegios porteños, donde la jueza Elena
Liberatori introdujo términos como “todes” y “niñes”.
La decisión abrió un debate más
amplio sobre el rol del lenguaje y la necesidad de revisar las prácticas dentro
del Poder Judicial. Según un estudio realizado por el Consejo de la
Magistratura Ciudad de de Buenos Aires, la mayoría de los ciudadanos
encuestados encontró dificultades en la comprensión del lenguaje utilizado en
la Justicia.
En los últimos tiempos, muchos
letrados y operadores judiciales han desterrado gradualmente la utilización de
términos anacrónicos, oscuros y crípticos. Sin embargo, aún persiste la
resistencia entre aquellos que consideran que estos cambios "atentan"
contra el rigor y la calidad jurídica.
En este sentido, la jueza de
Garantías de Zapala, Leticia Lorenzo, manifestó que el “uso de la 'e' es casi anecdótico”, y enfatizó que el
problema central es que “los judiciales escribimos como si viviéramos en el
siglo XVII”.
“Las decisiones que tomamos
impactan en la vida de personas atravesadas por muchas vulnerabilidades. Lo que
corresponde es que nosotros y nosotras reaprendamos a escribir y hablar”,
señaló Lorenzo, quien abandonó el latín y comenzó a utilizar lenguaje inclusivo
en sus fallos.
Y añadió: “La forma en la que
construimos el mundo a través de las palabras habla mucho de nosotros. Los
jueces y las juezas tenemos una obligación constitucional de pensar en un mundo
cada vez más inclusivo y diverso. El lenguaje ahí juega un rol preponderante”.
Lenguaje claro: la experiencia de
la Ciudad
La Ciudad de Buenos Aires es
precursora en cuestiones vinculadas al lenguaje claro y el acceso a la
Justicia. Tal es así, que en 2016, el Consejo de la Magistratura porteño
elaboró el programa de “Equidad Territorial” que, entre otras propuestas,
incluyó la creación del “Glosario Jurídico en Lenguaje Claro”. Más
recientemente, el órgano aprobó una iniciativa similar destinada a niñas, niños
y adolescentes.
Silvia Bianco, consejera y
presidenta de la Comisión de Fortalecimiento Institucional y Planificación
Estratégica, destacó la importancia del lenguaje claro en el ámbito jurídico.
“Básicamente se trata de que el ciudadano pueda comprender el lenguaje de la
Justicia, como también sus derechos y obligaciones, sin latinismos y sin
tecnicismos”.
“El lenguaje tiene que romper
barreras y llegar a la gente", puntualizó y manifestó que el uso de
terminología jurídica anacrónica genera “inseguridad y desconfianza” en los
usuarios.
Como parte de las iniciativas, la
Ciudad implementó el lenguaje claro en las cédulas de notificación. Los
primeros resultados de la experiencia son alentadores, dado que la totalidad de
las personas comprendió la citación.
Sin embargo, Bianco advirtió que
la aceptación por parte de los jueces es baja. “En el imaginario popular, el
lenguaje claro es bajar el nivel, pero es todo lo contrario. Es uno de los
mitos que hay que romper”, dijo y recordó una famosa frase de Aristóteles:
“Piensa como piensan los sabios, más habla como habla la gente sencilla”.
Abogados, abogadas, abogades
Otras de las transformaciones en
el ámbito jurídico es la incorporación y el empleo del lenguaje inclusivo, lo
que genera muchas adhesiones y también rechazo. Tal es así que en las últimas
horas se conoció una denuncia por presunto "mal desempeño" contra la
jueza Liberatori por usarlo en una causa.
Por el contrario, algunos
profesionales han tomado la decisión de avanzar en el empleo del lenguaje
inclusivo, como una forma de contribuir a la eliminación de sesgos sexistas y
estereotipos. Uno de los pioneros es el estudio jurídico “Abogades en
Cooperativa”.
Alejo Caivano, abogado y socio
fundador, explicó que la incorporación y empleo del lenguaje inclusivo no fue
un proceso sencillo, dado que al principio encontraron resistencia incluso
dentro del estudio, pero poco a poco fueron adaptando demandas y modelos
generales.
Remarcó, además, las
complejidades que presenta el lenguaje no sexista, ya que no es una fórmula
exacta y su aplicación en los distintos fueros tiene sus particularidades. “Al
principio modificábamos los sujetos plurales por '@' y 'x'. Tuvimos todo un debate y advertimos que
la 'e' era una formula más amable y que
se utilizaba bastante en otros países”.
Algunas provincias tomaron la
decisión de crear "guias de estilo" de lenguaje inclusivo. Al
respecto, la Justicia de Entre Ríos propuso, entre otras cuestiones, que se
utilice la frase “quienes ejercen la magistratura” en vez de “los jueces”, y
"Sra. fiscal" para las mujeres que ocupan ese cargo. También planteó
evitar el uso de lo masculino como genérico universal.
Aunque reconoce que existe una
cierta resistencia en algunos sectores, Caivano afirmó que nunca les rechazaron
un recurso por la utilización del lenguaje inclusivo, y sólo en alguna ocasión
les han mandado a testar -tachar- partes. También resaltó que han recibido
comentarios gratificantes por parte de colegas y funcionarios judiciales. “El
lenguaje inclusivo es una pauta superadora”, opinó.
Fuente: https://www.diariojudicial.com/nota/84500/noticias/una-justicia-comprensible-e-inclusiva.html