Celia Márquez, de 45 años, quien vive en el pueblo de Río del Valle, municipio de Las Lajitas decidió
hacer pública su historia, cansada de esperar que la justicia le restituya a
sus dos hijos. Como último recurso para
recuperar a los chicos con los que perdió vínculo desde diciembre de 2015,
cuando su ex pareja se los arrebató al denunciarlo por violencia de género.
La jueza de Familia, Patricia Rhamer, y
la asesora de incapaces, María Susana Zenzano Poma de
la circunscripción sur en el
departamento Anta tienen el caso.
Celia Márquez, de 45 años, no sabe qué más hacer para recuperar a sus hijos. Es
víctima de violencia de género por parte de su ex Hugo González, a quien denunció en 2015, él estuvo detenido
dos semanas y cuando salió le quitó a los chicos. Ya no la agredió más
físicamente, debido a que ella se fue a vivir con su familia, sin embargo,
sigue siendo víctima porque describe como una tortura cada día que pasa
apartada de sus hijos.
En este caso Celia,
ya no solo es víctima de su ex pareja, también sufre violencia institucional de parte
de la Justicia que no
restituyó a los chicos en su momento y pasado el tiempo la revinculación se
hizo más difícil.
La jueza Rahmer
dijo al medio Salta/12: "intentamos por todos los medios vincularla con
sus hijos pero (ellos) se niegan, Incluso los citamos y no quieren venir. La psicóloga y asistente social del
Ministerio Público los visitaron en su casa para ver su estado,
están bien y no quieren vincularse. Pedimos colaboración en la escuela también, nos
dijeron que no podían. Como es un expediente
de violencia familiar pusimos en cabeza de la Asesoría la
vinculación".
Ante la pregunta de
por qué sostuvo que la violencia ha cesado, cuando la ex pareja de la mujer la
sigue dañando al no regresarle a los chicos y obstruir toda posibilidad del
vínculo, la magistrada respondió que el expediente inició por violencia del
padre a la madre y que ésta "cesó con el fin de la convivencia"
El pedido de la
madre para que le devuelvan a los chicos, "se está tramitando como
una proteccion de personas iniciada
por la asesora en 2018. Se los citó para ser oídos a los hijos. Varias veces no
vinieron. Se ofició a la Secretaria
de Niñez y Familia para que intervengan y colaboren. También
al Programa de Fortalecimiento
Familiar de la Municipalidad de Apolinario Saravia.
El último informe
de la asesora es de septiembre de este año. "Ella se constituyó en el
domicilio y los chicos dicen que no desean ver a su madre", sostuvo la
jueza quien añadió que la Asesoría tenía previsto hacer otro informe a fin de
año.
La mamá sostiene
que su ex manipula a los chicos y la despotrica, culpándola de una infidelidad
inexistente para que ellos tengas una imagen negativa de su madre. “El más
chiquito llegó a decir que yo nunca les cociné, él les hizo creer cosas que no
son ciertas. Me lo contó una maestra quien trató de hacerle recordar que yo los
llevaba a los dos a la escuela y que sí les cocinaba. No sé si mi hijo el mayor
recuerda cuando se ponía en el medio para que su padre no me pegue. Cuando lo
denuncié al padre, me decía que no lo haga, que al papá después se le pasa.
Estaba normalizando la violencia en la que vivíamos. El más chico tenía 8
años”.
Celia y Hugo
tuvieron un noviazgo de 7 años, después se casaron y la convivencia duró 13
años, ella aún no tramitó el divorcio porque teme a las reacciones de él.
Cuando le consultan
a Celia sobre su relación con el denunciado, cuenta: "Cuando me quedé
embarazada comenzó con las agresiones, yo trabajaba en un negocio familiar, un
día mi hermano me dijo que vaya a descansar porque tenía los pies hinchados. Yo
era la única de la pareja que trabajaba. Volví a las 9 de la noche ese día a la
casa. Él no me dejaba entrar porque decía que yo había vuelto más temprano, se
paraba y me escupía, me decía que no sabía qué anduve haciendo, con quién será
que estuve por lo que volvía antes. Tenía una panza de 7 u 8 meses de embarazo,
a la par mía estaba su mamá intercediendo por mí, no me dejó pasar, me tuve que
ir a la casa de mi suegra esa noche. En más de una oportunidad me hizo
eso", recordó la mujer.
"Una vez me
golpeó en la cara, me dejó marcada horrible, yo decidí divorciarme, después él
juraba, se arrodillaba, me decía que iba a cambiar, que iba a estar todo bien
pero siguió todo igual. Había decidido divorciarme, él habló con mi mamá y ella
me decía que vuelva por los chicos, que él había dicho que no me volvería a
pegar", relató. Esa vez no se separaron.
En 2015, la mujer
contó que quería ir con los chicos el 8 de diciembre a la casa de su familia en
Río del Valle, su ex pareja no los dejaba, fueron igual. "Cuando volvíamos
los chicos ya estaban nerviosos, él les había dicho a mis hijos que no vayan
porque se iba a matar. Llegamos y él había desarmado las camas de ellos, les
tuve que poner un colchón para que duerman a la noche. Más allá de la violencia
que ejerció contra mí, lo que les hizo a los chicos me hizo entender que no
podía seguir más así".
El relato de la
mujer da cuenta de la violencia económica y patrimonial ejercida en su contra
puesto que el ex se quedó con la vivienda que ella había construído en el
terreno que les había cedido el suegro en Apolinario Saravia. "A la casa
la hice yo, compré los materiales de construcción y pagué la edificación".
Sin embargo, no reniega de ello, puesto que cree que esa propiedad quedará para
los chicos.
"Él solo
trabajaba conmigo después del embarazo, en un kiosko que nos puso mi mamá en la
casa, atendíamos los dos. Cuando nos separamos, después de dos o cuatro meses
cerró", relató la mujer.
Desde la justicia
le responden a la madre que los hijos están bien, sin embargo, ella relata:
“una pariente de él, se enteró por una trabajadora del Pami que los chicos
retiraban la comida de un comedor de ancianos porque estaban mal, les habían
cortado la luz y no tenían gas. Vecinos se molestaron e hicieron una denuncia
porque consideraron que en el Pami le estaban dando la comida que era para
ancianos a alguien que podía trabajar y ahí terminaron perjudicados los
chicos".
Además planteó
"la vicedirectora del colegio secundario al que asiste mi hijo más grande
me contó que quedó libre". La Asesoría de Incapaces realizó algunos
relevamientos, lo que dio por resultado que mi ex pareja es un excelente vecino
y padre, todo lo opuesto a lo que llevé yo, audios, una denuncia de otra vecina
porque maltrató a su hija pequeña y fotos".
Se da una
continuidad de la violencia al obstruir el padre el vínculo con la familia
materna: "mi mamá murió en 2016, mis hijos la amaban y no los mandó a
verla, ella tenía una enfermedad autoinmune, estaba bien pero cayó en una
depresión y se le agravó todo porque los chicos eran la vida para ella",
expresó la mujer.
"Los padres de
él siempre estuvieron bien conmigo, cuando murió mi madre, el abuelo paterno
quiso llevar a mis hijos al velorio, y mi ex pareja le dijo a su propio padre
que si llevaba a los chicos lo iba a matar", aseguró Márquez.
Cuando el hombre
estuvo detenido por violencia de género en 2015, Márquez se refugió con su
familia. "Fui al auxiliar
fiscal Sergio Dantur para exponer que iba a estar en la casa de mi
mamá con mis hijos y que no hacía abandono de hogar, que sería solo por unos
días hasta que mi ex se tranquilice. Me había amenazado, dijo que me mataría
por la denuncia cuando saliera".
La mujer relató que
cuando este hombre cumplió con las dos semanas de detención llamó a su madre
para que le enviaran a los chicos a verlo. “Consulté con el auxiliar fiscal
Dantur y me dijo que los mande porque la prohibición de acercamiento era hacia
mí y él sí podía ver a mis hijos", relató.
Los chicos
estuvieron unos días con el padre luego regresaron a la familia materna porque
la abuela pedía que se los enviara. “Vinieron el 24 de diciembre de 2015,
pasaron navidad conmigo, sus abuelos y tíos maternos. Cuando llegó la fiesta de
fin de año tuvieron que estar con el padre, fueron otra vez un 27 de diciembre
y desde ese día no volví a ver ni a hablar con mis hijos”.
"Fuimos a una
primera audiencia con mi ex marido, la asesora y la jueza Rahmer. La justicia
determinó que mis hijos en entrevista decían que no querían verme y que se
irían con el padre. Pasó algo anormal puesto que la única persona que velaba en
todo por mis hijos era yo con ayuda de mi mamá”, sostuvo la denunciante.
Para esta madre, la
justicia está “escuchando mal”. dijo que cuando le advirtió a la jueza que el
padre no cuidaría bien de sus hijos “totalmente ofuscada y más nerviosa que yo,
me retó y dijo que si seguía hablando me hacía llevar detenida con la policía
(…) Creo que en ese momento no podía pensar nada de forma clara y tranquila”, recordó.
Celia manifestó que
solicitó mediación en varias oportunidades pero no consiguió nada. Los tres
abogados que contrató tampoco la ayudaron.
Fuente: http://abogadostucuman.com/