Los casos de Marcos Rodrigué y Gabriel Pellizón (que recibieron facturas de la empresa) agitaron la polémica por el cobro del canon.
El conflicto entre los productores agropecuarios y
la multinacional Monsanto por el cobro del canon de la soja Intacta viene
creciendo día a día y pareciera no encontrar un final convincente a pesar de la
mediación del Gobierno nacional.
En los últimos días trascendieron dos casos
resonantes que no hacen más que agitar la polémica: uno es el del intendente de
Inriville (Córdoba), Marcos Rodrígué, y el otro el del productor de Aapresid,
Gabriel Pellizón.
"A fin del año pasado nos dijeron de Monsanto
que nos convenía pagar el canon de Intacta antes de la cosecha porque era más
barato. Pero le respondimos que no íbamos a validar esa metodología de
cobro", comentó Rodrigué a Infocampo.
Así, hace unas semanas Rodrigué comenzó a cosechar
soja y la despachó, por intermedio de una corredora, hacia una terminal de
Glencore, que, al recibirla, detectó el gen RR2 Pro para luego informar de tal
situación a Monsanto.
Por tal motivo, según contó el empresario
agropecuario, "comencé a recibir facturas de Monsanto de 15 dólares por
tonelada por el canon de Intacta". Si el rinde promedio en Santiago del
Estero termina siendo de 30 qq/ha, entonces eso implica que Monsanto se quedará
con el 50% de la rentabilidad", indicó Rodrigué.
"Estoy a favor de la tecnología y de hecho
siempre compré semilla fiscalizada. Pero esto me parece una provocación de
Monsanto", señaló. "Esto no es un acuerdo entre privados porque acá
no hubo ningún acuerdo", consideró el entrevistado.
"Considero que la tecnología debe abonarse
solamente al comprar semilla; el Gobierno no puede ser un simple espectador en
este tema. Debe intervenir y fijar un sistema razonable mediante el cual se
pague la tecnología protegiendo a los productores", agregó Rodrigué.
Fuente: http://mobile.infocampo.com.ar/#/n/78303