En 100 días ocurrieron ocho accidentes domésticos fatales por descargas eléctricas, en zonas urbanas y rurales del interior provincial.
Vanesa del Carmen Díaz (23 años), de Campo Volante
(Simoca), estaba a dos días de alumbrar a su segundo hijo. Se disponía así a
cumplir la ilusión de su pareja de tener el primer varón. Hace dos sábados, a
la madrugada, mientras descansaba, despertó de repente sofocada por la falta de
aire en su habitación. Enseguida, incorporándose a duras penas de su lecho, se
dirigió al ventilador que estaba cerca y repitió un procedimiento ya común para
ella: encender el aparato que, desde hacía tiempo y por la antigüedad, carecía
de su perilla aislante. Esta vez la maniobra fue la última. Una descarga
eléctrica fulminante la mató casi en el acto, junto al bebé que no alcanzó a
asomar al mundo. Testigo del hecho, que describió luego lo sucedido a los
peritos de la policía, fue la hija de seis años que acompañaba a la víctima.
Los accidentes domésticos por descargas eléctricas
sumaban así la octava víctima en el sur tucumano en apenas 100 días. Es decir
una en menos de dos semanas. Y la cifra –según se advirtió- podría ser mayor si
se tiene en cuenta que el área de la estadística abarca una jurisdicción
policial de seis departamentos, de un total de 15 del interior. Los artefactos
eléctricos deteriorados, como en este caso, son unas de las varias causales de
los trágicos accidentes registrados en las casas de familia.
Instalaciones
antiguas
Para el jefe de la División Criminalística de la
Regional Sur, Ramón Martínez, en la lista de factores figuran primero las
precarias instalaciones, en muchos casos desplegadas en edificios antiguos, sin
mantenimiento. “Hay casas que tienen más de 30 años y cuyos cableados muestran
uniones desgastadas y expuestas que jamás fueron reemplazadas. Revelan fugas
que a veces se logran detectar en las paredes o el piso. Y cuando no, se
transforman en una trampa mortal” comentó.
Lo que más expone a riesgos a los ocupantes de esas
viviendas es la falta de disyuntores o interruptores. “En estos tiempos esos aparatos
salvan muchas vidas e interrumpen el paso de electricidad ante una descarga o
fuga de electricidad”, advirtió Martínez.
La casa de Vanesa no tenía disyuntor. Tampoco la de
María Gutiérrez (21 años), en Concepción, quien falleció a principio de mes
luego de haber pisado un precario prolongador en el que había enchufado su
celular. Era madre de dos niños. La electricidad enluta por igual a hogares
rurales como de las ciudades. “En algunos casos las viviendas tenían
disyuntores, pero nunca habían sido probados. Hay que tener en cuenta que todos
los meses se los tiene que someter a pruebas al estar sometidos a partículas
que lo pueden llegar a bloquear”, observó Martínez.
El enchufar artefactos eléctricos descalzo, o luego
de salir de bañarse, también es una causa frecuente de accidentes mortales.
“Hay gente que no solo intenta planchar o abrir heladeras sin calzados, sino
también manipular cortadoras de césped eléctricas luego de una lluvia. Estas
imprudencias cuestan vidas”, apuntó el perito.
Martínez también mencionó las ampliaciones de redes
hechas en forma precaria o por personas no capacitadas. El perito y el
arquitecto Sergio Juárez lamentaron que el organismo proveedor de electricidad
no exija que quienes hagan instalaciones eléctricas sean matriculados. “Creo
que así como la proveedora de gas demanda gasistas matriculados, por cuestiones
de seguridad, también lo debería hacer la de electricidad. Pero sucede que la
responsabilidad de ésta última sólo es externa, llega hasta el medidor”, opinó Juárez.
“La misma firma distribuidora debería ser
garantista, a través de la matriculación, de los trabajos que se hacen en las
viviendas” acotó.
Finalmente, hasta las calles se convierten en estos tiempos en amenaza para la gente ante la maraña de cables que las atraviesan. “Se han hecho peligrosas porque el cambio climático está generando tormentas más violentas y con caídas de árboles sobre el tendido de cables. Estos accidentes ya produjeron muertes en este último verano. Es decir que es un tema que también se tiene que estudiar”, advirtió Martínez.
Fuente: http://m.lagaceta.com.ar/nota/678820/sociedad/trampa-mortal-hecha-conexiones-viejas-o-precarias.html